Comencemos a conocer más...
Su nombre científico es “lapageria rosea”. Es una flor autóctona chilena y está en peligro de extinción, por lo que fue declarada especie protegida por la ley de bosques.
En lengua mapuche al copihue se le llama “ copiu”.
Florece desde el verano hasta finales del otoño.
Habita bosques entre la V región de Valparaiso a la X región de Los Lagos, pero abunda desde Concepción a Temuco. Se le puede ver enredada sobre matorrales y colgando de árboles en zonas húmedas.
El de color rojo es el que más abunda. También los hay en rosados, blancos, morados, amarillos, cremas, naranjos, blancos con borde rojo y jaspeados.
Carece de aroma.
Su estructura es una campana alargada, con seis pétalos (tres internos y tres externos) y seis estambres. Mide entre 4 y 15 cms. de largo.
Su planta es trepadora, de tallos retorcidos, leñosos, flexibles pero muy resistentes. Sus hojas son de forma ovalada y de base acorazonada. Puede alcanzar alturas superiores a los 10 metros.
El copihue fue declarado nuestra Flor Nacional el 20 de Septiembre de 1984.
Otra leyenda dice que ...
Hace muchos años, cuando en Chile la tierra de Arauco era habitada por pehuenches y mapuches, vivía una hermosa princesa, llamada Hues, y un vigoroso príncipe pehuenche, cuyo nombre era Copih.
Pero, lamentablemente, sus tribus estaban enemistadas a muerte. El mayor de los problemas era que Copih y Hues se amaban y para verse solo podían encontrarse en lugares secretos de la selva. Sin embargo, un día los padres de ambos se enteraron y se enfurecieron... y no se quedaron de brazos cruzados.
Copiñiel, el jefe de los pehuenches y padre de Copih, y Nahuel, el jefe mapuche y padre de Hues, se fueron cada uno por su lado hasta la laguna donde ambos enamorados se encontraban.
El padre de Hues, cuando vió a su hija abrazándose con el pehuenche, arrojó su lanza contra Copih y le atravesó el corazón. Tras esto, el príncipe pehuenche se hundió en las aguas de la laguna. El jefe Copiñiel no se quedo atrás e hizo lo mismo con la princesa, la que también desapareció en las aguas de la laguna. Ambas tribus lloraron por mucho tiempo. Y cuando paso un año, los pehuenches y mapuches se reunieron en la laguna para recordarlos. Llegaron de noche y durmieron en la orilla. Al amanecer, vieron en el centro de la laguna un suceso inexplicable. Del fondo de las aguas surgían dos lanzas entrecruzadas. Una enredadera las enlazaba, y de ella colgaban dos grandes flores de forma alargada: una roja como la sangre y la otra blanca como la nieve
Así las tribus enemistadas comprendieron lo que sucedía. Se reconciliaron y decidieron llamar a la flor “copihue”, que es la unión de Copih y de Hues.
(versión recogida por el escritor Oscar Janó).